La fecha del parto era el día D. El 6 de Junio de 1944 (día D) los Aliados invadían la Francia Nazi.
Como en aquella fecha tan señalada, llovió el día antes, solo que mi pequeña no nació el día 6, sino el 11.
Todo fué debido a que tenía el cordón umbilical alrededor del cuello y eso no le permitía bajar.
Pensamos que aquello era una anécdota cualquiera de las muchas que ocurrieron, pero lo que no supimos hasta un mes después fue lo que aquello significaba.
No sabemos si fue antes el huevo o la gallina, pero al cabo de un mes, la que parecía una niña tranquila se volvió un demonio de Tazmania.
En el capazo lloraba, en la cuna lloraba, en el baño lloraba y solo el pecho la relajaba.
Ya por aquel periodo estival, donde pasaban las olas de calor, le pedía a mi mujer la posibilidad de dar una vuelta en el carro con la cría. Me costó convencerla, por los días calurosos que se nos avecinaban. Hasta que un día me emperré y lo conseguí.
Ese día, yo mismo caí, en el error que fué dar un paseo con la criatura: no se si por el calor, por el nerviosismo de la niña o por algún otro motivo, sacar a la niña en el carro era un suplicio.
Las pruebas fueron numerosas: primero carro, luego teta y luego baño. Primero teta, luego baño y luego carro. Nada funcionaba.
Al final nos vimos obligados a la clausura.
Hasta que un día, nos cedieron una mochila. Madre mía, los precios de la mochilas. Menos mal que teníamos a mi querido Mario para distribuirnos con todos aquellos juguetitos.
El cambio fue increíble. Nada más salir con la mochila, se quedó dormida y duro cerca de una hora. Fue increíble, no había dormido tanto en mucho tiempo y tanto mi mujer y yo nos sentimos muy aliviados.
A partir de ahí, llegaron otros juguetitos y el mejor con diferencia fue una tela de porteo. Sinceramente, la recomiendo de todo corazón. Aunque parecíamos saharauis.
En esa tela mi hija ha sido donde mas a dormido en estos dos años. No se si el calor humano o el movimiento, pero era el único sitio, a parte del pecho de la madre, donde encontraba el descanso.
Esa tela es maravillosa, en comparación, con cualquier mochila, por precio (50€) y por comodidad. Podía llevar a mi hija tres y cuatro horas y no suponía una carga. Además le permitió cubrir un clip en las caderas.